lunes, 12 de marzo de 2007

Diario Las Americas (Miami-Florida)



Diario Las Americas Publicado el 03-12-2007

¿Qué talla de sujetador utilizo?
Si al contorno torácico de cada mujer, es decir, el perímetro de las costillas le sumamos quince, tenemos la talla. En cambio, la copa es la profundidad del pecho y se denomina con letras (A, B, C o D). Elegir una talla o una copa inadecuadas por motivos estéticos puede jugar en contra de la finalidad del sostén y, a la larga, provocar dolencias al pecho
Por Dúnia RieraEFE-REPORTAJES Fotos: Fototeca y Belcor Pharma

Deportivos, preformados, push-up, en pinza, reductores, elásticos, de algodón... Los hay de todos tipos y para todas y cada una de las mujeres. Desde el más antiguo, diseñado en alguna corsetería de París a finales del siglo XIX, hasta el primer sostén de verdad, el que patentó Mary Phelps, en 1913, el sostén ha ido evolucionando conforme a las modas, pero también se ha adaptado a las necesidades de las portadoras.
Pero una cosa es la moda y la otra la utilidad. El sostén es más que una simple prenda de vestir. El tamaño y la talla son dos elementos que deben contemplarse con esmero a la hora de comprarse uno. Sin embargo, según un estudio hecho por Belcor Pharma junto a médicos especialistas en senología, en colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer, el 94% de las mujeres españolas desconocen cuál es su talla de sujetador, y siete de cada diez no utilizan la talla que les corresponde.

LA IMPORTANCIA DE ESCOGER BIEN LA TALLA
“Hasta un 80% de las mujeres españolas padecen algún tipo de patología mamaria a lo largo de su vida por llevar un sujetador que no se adapta a las características de su seno y, por extensión, la mayoría de mujeres del mundo”, asegura Francesc Puertas, responsable de la marca Belcor Pharma,. Los médicos de la Sociedad española de Senología y Patologías Mamarias detectaron que la mayor parte de las consultas por dolores mamarios que recibían, tenían como causa el uso inadecuado del sujetador.
Esta observación llevó a la Asociación Española Contra el Cáncer y a la marca Belcor Pharma a informar a las mujeres sobre cómo escoger y utilizar un buen sujetador. En primer lugar, hay que diferenciar la talla de la copa. Si al contorno torácico de cada mujer, es decir, el perímetro de las costillas le sumamos quince, tenemos la talla. En cambio, la copa es la profundidad del pecho y se denomina con letras (A, B, C o D).
“Sea cual sea el gusto, hay que escoger la talla adecuada del sujetador”, opina Puertas. Elegir una talla o una copa inadecuadas por motivos estéticos puede jugar en contra de la finalidad del sostén y, a la larga, provocar dolencias al pecho.
UN SOSTÉN PARA CADA TIPO DE PECHO
“El sujetador es una obra de ingeniería”, dice Puertas, “cada pieza y costura definen el tipo y la forma”. La confección es un proceso también a tener en cuenta en el diseño de un buen sostén.
Las piezas clave para un buen sujetador son los tirantes, que no tienen que bajar rectos; el aro, que no debe pisar al pecho ni dejar un hueco entre el anillo y el seno.
Pero, ¡atención con los aros! Sólo pueden usarlos las mujeres con los pechos en copa: de arriba más delgados que debajo porque reparten el peso. Por último, el dorso, debe ser siempre plano, y los corchetes, tienen que poderse ajustar al tamaño de la espalda.
En cuanto a los cortes, hay distintas variedades. Los de pinza, por ejemplo, “no suelen gustar a las chicas jóvenes porque termina en punta en el pezón”. Para evitar que el pecho salga hacia adelante, existe el sostén reductor. El transversal, para mujeres que quieren empequeñecer su pecho. Pero si usted quiere un pecho “a lo Sophia Loren”, tendrá que comprarlos en forma de T, que centran el pecho y lo echan hacia delante.
El push-up, más conocido como “wonderbra”, sube el pecho y abre un canalillo. En cambio, los preformados, que son los más novedosos, destacan porque “te dejan el pecho tal y como lo tienes”, por lo que es ideal en época premenstrual, cuando el pecho aumenta su volumen. Por último, los deportivos, para las chicas más en forma que no quieren que el pecho les salte al correr.

¿FIBRA O ALGODÓN?
En la construcción de un sujetador, intervienen tejidos creados a partir de hilos de fibras naturales y sintéticas y de complementos de decoración, como los encajes, los jacquards o los estampados. Todo depende de la función del sujetador y de la ocasión: para trabajar, para salir, para seducir, etc.
Sin embargo, pocos son los sostenes hechos 100% algodón. Las mujeres que padecen alergia tienen que utilizarlos si quieren evitar picores y rojeces en la piel. Aunque los “puro algodón” no son los únicos con finalidades que podríamos llamar “farmacéuticas”.
Para las embarazadas, existen los sujetadores sin aro, que no aprietan el pecho. Las madres lactantes podrán adquirir los sostenes de tirante movible, para permitir dar de comer al bebé. Las camisetas para dormir con forma de sostén conforman el último invento para después de una operación de cirugía o durante el síndrome premenstrual.
Y lo mejor de lo mejor: los sostenes con construcción interior de tejido de toalla, para quitar la humedad de las mujeres que se les irrita la piel debajo el pecho.
Puertas cree que el principal problema es la desinformación: “hay un gran divorcio entre la forma de vender y la de comprar”. Según el responsable de Belcor Pharma, las mujeres se fijan más en el diseño del sujetador que en su funcionalidad en sí. “Hay que redescubrir el sostén. Esta prenda sirve para más cosas que vestir. Se tiene que tener en cuenta que es una pieza de confort”. Puertas opina que el precio de esta prenda va directamente relacionado con el diseño: “que sea más barato, no quiere decir que vaya peor, sino que tiene una costura más sencilla”.

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