Experto en corsetería. Llegó al mundo de los sujetadores como especialista en márketing. Ahora es un pedagogo.
CATALINA GAYÀ. Información publicada en la página 60 de la sección de Contraportada de la edición impresa del viernes día 17 de septiembre de 2010. El Periódico.
Conozco a Francesc Puertas y lo primero que hago es cruzarme de brazos y mirarlo con escepticismo. Poco a poco, confieso apenada: «Soy una ignorante». Siete de cada 10 mujeres no saben ni qué talla ni qué copa tienen de sujetador.
-¿Siete de cada diez?
-Hace ocho años participé en una investigación para una marca de sujetadores. Descubrimos cosas impensables: el 94% de las mujeres no saben ni la talla ni la copa que tienen.
-Siga, por favor.
-Nos reunimos con médicos y vimos que si las mujeres llevaran bien el sujetador y supieran su talla y su copa, se acabaría con el 50% de los problemas mamarios. Un médico de Burgos nos dijo que curó dos migrañas cuando dijo a dos señoras que cambiaran de talla. ¡Llevaban el sujetador tan apretado que les cortaba la circulación! ¿Usted está segura de la talla y la copa?
-Sí. Bueno, ahora dudo.
-Primero la talla. Coja una cinta métrica y mida el contorno del torso por debajo del pecho. A la cifra que le da, súmele 15. ¡Acaba de descubrir su talla! Si el número resultante es 99, seguro que le irá mejor la talla 100, si es 93 quizá la 90 o la 95. Los corchetes están para ajustar, no lo olvide...
-¿Y la copa?
-Hay que ajustarse el sujetador hasta disparar el pecho hacia delante, luego hay que medir el contorno desde el esternón, pasando por encima del pezón y rodeando la espalda. Si la cifra es la misma que la de la talla, tiene la copa B. Si son tres centímetros más es una copa C, seis más es una D y así hasta la copa I. Si son tres centímetros menos, es
-¿En qué sentido?
-¡El sujetador es una pieza de ocasión de uso! Depende del uso que le dé se comprará un tipo u otro. ¡Eso es muy importante! El pecho se cae si no cuida el ligamento de Cooper.
-¿Ligamento de Cooper?
-Mantiene el pecho firme, pero debe cuidarlo. Si practica deporte, escoja un sostén adecuado. En el día a día lleve un sujetador que ni note.
-¿Tan poquito sabemos?
-Haga un ejercicio visual: fíjese en cuántas mujeres llevan un sujetador que les hace doble pecho. ¡Eso puede provocar durezas! Saber ponerse el sujetador es básico: los tirantes tienen que ir rectos, la copa no tiene que cortar el pecho, el sujetador no debe subir por la espalda...Le enseñaré algo en mi móvil.
-Claro.
-[En una foto se ve a una mujer de espaldas] Fíjese en el sujetador. ¡No puede estar más apretado!
-Y supongo que a cada pecho, un tipo de sujetador.
-En el estudio identificamos 24 morfologías. Si tiene un pecho en forma de gota, el aro lo recoge todo. Si tiene un pecho que acaba bajo la axila, no se ponga un aro porque le hará una bola de grasa que puede ser un gran susto cuando se practique una mamografía.
-Usted llegó al sostén hace...
-¡Ocho años y no he podido parar! Le confieso algo: antes veía tetas; ahora veo pechos. Trabajo para que las mujeres sepan qué sujetador es el mejor para ellas, para que exijan información en las tiendas, ¡para que haya tiendas especializadas!
-Son tiendas de moda.
-Mi equipo está preparando un máster universitario que ayudará a las corseteras a especializarse más.
-Lo siento, debería haber sido la primera pregunta: ¿qué hace un experto en corsetería?
-Asesoro a empresas, doy charlas en asociaciones de mujeres y en corseterías, preparo un libro, tengo un blog. ¿Sabe que la palabra sujetador no estaba cogida en Blogspot? Ni en catalán, ni en castellano, ni en inglés ni en francés...
-¿Y qué le preguntan las mujeres durante las conferencias?
-Primero se cruzan de brazos, pero luego pasan cosas increíbles. En una de las charlas vinieron una madre y una hija. La madre me dijo que su hija quería operarse porque tenía mucho pecho.
-¿Qué le dijo?
-Que le midiera bien la talla y la copa. Llevaba una copa E. Le recomendé un tipo de sujetador y le di la dirección de una tienda donde la podían aconsejar. La madre me envió un e-mail: la niña ya no quería operarse. ¡Estaba orgullosa de su cuerpo!
-¿Desde cuándo se considera experto en corsetería?
-¡Desde el día en que acompañé a mi madre a comprar un sujetador!
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