miércoles, 4 de abril de 2007

El Correo (Bilbao)



El uso de una talla inadecuada de sujetador provoca lesiones en la mama
El 30% de las consultas por dolores en el pecho están relacionadas con una mala utilización de esta prenda. Un estudio indica que nueve de cada diez mujeres ignoran su talla correcta de sostén.
Una prenda tan cotidiana para la mujer como es el sujetador puede acarrear serios problemas de salud si no se utiliza de forma adecuada. Siete de cada diez mujeres no usan una talla correcta de sostén. El 30% de las consultas por dolores de la mama están directamente relacionadas con la utilización inadecuada de esta prenda de ropa íntima. Dolores de espalda, aparición de bultos de grasa en el pecho o marcas en la piel son algunos de los problemas que pueden padecer las mujeres si hacen un uso incorrecto del sujetador. Los datos los pone sobre la mesa Francesc Puertas, responsable de la firma comercial Belcor Pharma, que ayer explicó en Donostia Los mitos y leyendas del sujetador, en colaboración con la asociación guipuzcoana de mujeres afectadas por el cáncer de mama, Katxalin.
Puertas ha elaborado un extenso estudio sobre esta prenda en colaboración con la Asociación Española de Senología y Patologías Mamarias, «tras comprobar que se cometen graves errores a la hora de elegir y llevar un sujetador». La primera pista se la dieron los propios médicos, que solicitaron a las firmas de ropa interior que primaran la comodidad de las prendas por encima de la estética. Los fabricantes se dieron cuenta, además, de que se vendían cada vez menos «productos técnicos» (ropa interior básica, de algodón, ..) en favor de nuevas líneas «más fashion», enfocadas a resaltar la belleza del busto.
Los resultados del informe son, como poco, sorprendentes: lo más desconocido para las mujeres es la talla del sujetador que necesitan. Según diferentes estudios que maneja Puertas, nueve de cada diez féminas no saben cuál es su tallaje adecuado y de ellas, el 70% utiliza la prenda interior de forma incorrecta.
El secreto está en que, para determinar la talla de sujetador, hay que tener en cuenta tanto el contorno del pecho, que viene marcado por un número (85, 90, 95...), como por la profundidad de la copa, que se marca con una letra (A, B, C, D...). Ocurre, por lo tanto, que dos mujeres pueden tener el mismo contorno de pecho -la misma talla- y, en cambio, distinta profundidad de pecho -distinta letra-. La fórmula para obtener correctamente la talla de sujetador se explica en el gráfico que acompaña esta información.
Puertas pone varios ejemplos de malos usos. «Hay casos en los que mujeres con mucho pecho se ponen un sujetador más pequeño que el que le correspondería con la intención de reducir su tamaño. Es un grave error». Utilizar un sujetador que oprime el pecho puede llegar incluso a interrumpir la circulación sanguínea de la mama.
También es frecuente que la mujer llegue a casa después de la jornada laboral, «se quite el sujetador y tenga las marcas de las tiras en hombros y espalda. Eso es porque no lleva un sujetador adecuado». Llevar una talla demasiado grande tampoco es bueno, pues la prenda deja de cumplir su función.
«Marcas 'a granel'»
Además del mero desconocimiento, las mujeres se encuentran con un problema añadido a la hora de poder comprar un sujetador adecuado. «Muchas marcas encaminan su trabajo al diseño de prendas 'a granel', de forma que es muy difícil que una mujer encuentre modelos de letras diferentes a la B o a la C en las grandes tiendas. Lo que pasa es que las clientes se llevan lo que encuentran. Y ese es el gran error. Es como si fueras a comprar pantalones, no hubiera de tu talla y acabaras llevándote unos que no son de tu tamaño. O como si te pusieras los zapatos del revés», explica Puertas.
El estudio de Belcor Pharma, que distribuye sus productos en farmacias, ha identificado hasta «veinticuatro morfologías de pecho: de base ancha, en forma de gota, puntiagudo, centrado, separado...», lo que les ha empujado a ofrecer piezas «más personalizadas», casi a la carta, tal y como recomiendan los senólogos y especialistas en patologías mamarias.
La colaboración entre la industria lencera y los médicos ha ido mucho más allá de lo descrito, hasta el punto de conseguir modelos «casi terapeúticos», indica Puertas, quien reconoce que «los fabricantes nos hemos percatado de situaciones que antes desconocíamos». Por ejemplo, las características del pecho durante el embarazo y la lactancia. «Las prendas maternales no se trataban a conciencia. Se pensaba que el sujetador sólo tenía que tener la posibilidad de desatarse fácilmente para poder dar de mamar. Y eso no es cierto». Los modelos más novedosos se fabrican con materiales «ligeros» para que se adapten «como una fina capa» al pecho de la mujer durante los nueve meses de embarazo. Los aconsejados para el periodo de lactancia se diseñan ahora con un tejido especial que evita rozaduras en el pecho por donde se da de mamar al bebé.
Elegir un sujetador se convierte en una decisión especialmente importante cuando se trata de pechos que han sido sometidos a algún tipo de cirugía. Así, las mujeres mastectomizadas necesitan una prenda confortable, con tirantes anchos, con bolsillos a ambos lados de las copas y varillas en suspensión, «para evitar que la prótesis se mueva». Para mujeres con pieles alérgicas o sensibles debido a tratamientos de radioterapia, se ha diseñado un modelo 100% algodón, o para aquellas que tienen problemas de movilidad, existen sujetadores con cierre delantero. El futuro pasa también por camisetas especiales para dormir, pensadas para el confort de mujeres con pechos grandes. Otra de las novedades será un modelo «adaptado» a mujeres, generalmente de avanzada edad, que presentan irritaciones bajo el pecho (intertrigo, una enfermedad dermatológica).
Con todo, Francesc Puertas apela al «sentido común» de las mujeres. «Se trata de buscar un bienestar. El hecho de llevar una talla adecuada convierte al sujetador en una pieza de confort: una segunda piel que no comprime ni moldea, sino que sostiene y sujeta».

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