miércoles, 29 de febrero de 2012

Es un buen momento para las corseterías y las lencerías expertas (Francesc Puertas)


Este es un momento crucial. Estamos en plena crisis y la consumidora escoge con cuidado. La venta por impulso ya no marca las tendencias de compra.

No pongo en duda que como en cualquier compra, el precio sigue siendo una de las informaciones que influye en una prospección. En el caso de la venta de sujetadores, también influyen la moda, la construcción de la prenda, como se ven con ella, si cumple sus expectativas funcionales, no le hace roces, no le va grande ni pequeña y tiene un bien sentar a su gusto.

Vamos a poner un ejemplo: Una consumidora ante dos tiendas, una al lado de la otra.

La tienda de la derecha tiene prendas atractivas en el escaparate, tiene piezas colgadas en el interior, sin que nadie la atienda especialmente observa los modelos colgados, clasificados por tallas. Hay varias marcas. Observa que hay dos probadores y la dependienta sigue en sus cosas detrás del mostrador. Los precios oscilan entre 7 y 12 euros.

La tienda de la izquierda tiene prendas atractivas en el escaparate, tiene piezas colgadas en el interior, sin que nadie la atienda especialmente observa los modelos colgados, clasificados por tallas. Hay varias marcas. Observa que hay dos probadores y la dependienta sigue en sus cosas detrás del mostrador. Los precios oscilan entre 15 y 65 euros.

Escoger por escoger, la compradora entrará definitivamente en la tienda de la derecha, porque el precio es lo que marca la diferencia entre la una y la otra. Es la única diferencia entre una y otra.

En el camino de la decisión de compra, habrá quedado la atención prescriptiva de la vendedora experta, haber tenido ayuda en la decisión, saber si la talla y la copa que necesita es la de la prenda que acaba comprando, si cumple con sus expectativas funcionales (deporte, confort, escote, espalda,…). También ha quedado por el camino algo tan importante como que quien la atiende, le explique asuntos como la durabilidad del sujetador, los materiales usados, su construcción o su mantenimiento.
Puede que la intención hubiera sido no probarse el sujetador, y en cambio, una vez visto en el probador le hayan entrado dudas y necesite decidirse por otro.
Y como no, seguramente con una atención adecuada, la compradora no tendría ningún remordimiento de compra y podría fidelizar una cliente, que ya no tendría dudas en entender que esa tienda, es la adecuada para comprar.

Insisto, es el momento adecuado para afrontar cambios en las actitudes en el trabajo, y afrontar una mejora en la formación, tanto técnica, como de atención al público, como de la propia gestión del negocio, ya que es la clave para marcar distancias entre una tienda u otra, y puede ser la clave del éxito en momentos de crisis.

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