La evolución de los motivos y las necesidades de compra, ha dado un paso más allá de la venta por impulso.
La corsetería ha evolucionado desde la primera mitad del siglo XX, cuando los conceptos estéticos no tenían como objetivo potenciar la figura femenina, sino disimularla. Por ello, las únicas tiendas especialistas de la época buscaban la pieza a medida y sobre todo, que el cuerpo no mostrara el pecho natural, sino escondido bajo una banda de ropa o un corsé hecho de tejidos rígidos que “contenían” los excesos de volumen del cuerpo.
A partir de los años 50, y debido a la influencia de las actrices de Hollywood, se popularizaron modelos estéticos mas sexys que proyectaban el pecho hacia adelante, nacieron las marcas mas conocidas de lencería, que a través de mercerías y de corseterías de confección a medida, empezaron a mover las nuevas maneras de comprar, que simplemente buscaban las nuevas formas estéticas, y moldear el pecho, de manera que tuviera perfiles mas naturales o bien, “reorganizara” la morfología para convertirse en algo mas sugerente y seductor.
Hasta principios del siglo XXI, la venta de corsetería se ha convertido en un producto de pocas explicaciones, expuesto a la vista y al alcance de las posibles compradoras, y donde las emociones juegan el papel más relevante. Incluso las personas que atienden al público no están especialmente preparadas para jugar un papel determinante en la elección, mediante el consejo del patrón asociado a la morfología de la compradora, la prescripción de tallas y copas, o la de conocer las necesidades de uso de la usuaria.
La aparición de cadenas de tiendas de corsetería cuyo cometido es la profusión de modelos y donde la usuaria tiene cierta tendencia a sentirse “agredida” si le pregunta una dependienta si le pueden ayudar, ha conseguido que cada vez haya menos personal shopper y mas “vigilantes” de que no se lleven nada o se vayan sin pagar.
Mientras tanto las corseterías donde sigue vendiendo corsetería mas técnica, a pesar de entenderlas como mejor preparadas para la atención de las usuarias que buscan que las ayuden en la elección, son cada vez menos, y se encuentran absolutamente canibalizadas por las nuevas y agresivas maneras de vender corsetería a muy bajo precio y con grandes promociones.
En estudios realizados por Sayfit, se ha analizado que un 20% de mujeres, buscan una tienda experta. Que lo primero que les importa es encontrar el producto adecuado y después preguntan el precio.
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