lunes, 22 de junio de 2009

¡Un escote de escándalo!



Más que de la generosidad de la naturaleza, su belleza depende de la atención que se le preste a lo largo de la vida. El escote precisa cuidados específicos.

Con la llegada del buen tiempo, el escote recupera el protagonismo que perdió durante meses, camuflado por glamurosos pañuelos y recogidas y abrigadas prendas. 

Es una zona con pocas glándulas sebáceas, de piel muy fina y con apenas melanocitos, lo que la convierte en el lugar perfecto para acomodarse arrugas transversales, impurezas, venitas, puntos rojos y blancos. Problemas estéticos al que se le debe de sumar la flacidez, que llega de la mano de los cambios hormonales, las oscilaciones depeso, la radiación ultravioleta, el embarazo y el inevitable transcurso del tiempo. 

“La Luz Pulsada Intensa (IPL) y los diferentes tipos de láser se han convertido en una de las herramientas más eficaces para deshacerse de las manchas, las pecas, las rocejes y las venitas del escote”, explica la doctora Josefina Royo de la Torre, subdirectora del Instituto Médico Láser, de Madrid.

El pecho, que está protegido por un ligero tejido de piel y suspendido de la base del cuello, requiere cuidados específicos para mantenerlo bonito y en su sitio. Prevenir su caída implica tonificar los músculos pectorales que se extienden como un abanico desde el final del rostro hasta los senos, su sostén natural. 

No se debe esperar a que las manchas, las arrugas o la flacidez se hayan instalado cómodamente en el escote para combatirlas. El Centro Felicidad Carrera aconseja, “además de hidratar muy bien esa zona y de protegerla del sol siempre, someterse, al menos un par de veces al año, a un tratamiento reafirmante con estimulación muscular y radiofrecuencia con el fin de recuperar la elasticidad de los músculos y de la piel”. 
 
BIEN SUJETO

Para mantener el busto erguido no sólo hay centrarse en los pectorales y en el cuello, los músculos dorsales tienen mucho que decir en esta batalla. Una espalda curva deja caer el pecho. Es imprescindible adoptar una buena postura: espalda recta, hombros hacia atrás y omoplatos apretados. 

Con mucho o poco pecho, se debe de llevar siempre sujetador para evitar que la ley de la gravedad actúe sobre él. A la hora de elegir la lencería, lo más importante es acertar con la talla y el modelo apropiado para cada tipo de pecho, una tarea más difícil de lo que parece.

“Ponga atención en el momento de comprarlo y guíese por la comodidad y la seguridad, más que por el diseño. El secreto está en que para determinar la talla de sujetador, se debe de tener en cuenta tanto el contorno del pecho, que vienen marcado por un número (85, 90, 95…), como la profundidad de la copa, determinada por una letra (A, B, C…). 
Desestime todos aquellos que suban demasiado el pecho y marquen arrugas en el escote. Un buen sujetador no deja marcas ni los tirantes destrozan los hombros”, explica Francesc Puertas.

EN CASA Y CON CONSTANCIA

Para mantener su tersura, son necesarios los cuidados diarios desde la juventud más temprana, la adolescencia. Aplicar una loción específica y prolongar las maniobras de hidratación, nutrición y exfoliación del rostro hasta los senos será suficiente para no relegar esta zona en el olvido.
El agua fría es el cosmético más económico y eficaz para cuidar el escote, dado su gran poder tonificante. Un masaje circular alrededor de la areola posee un gran efecto reafirmante.

Si eres constante con los siguientes ejercicios y los repites en series de 20, conseguirás tu objetivo: unpecho firme, terso y suave

- Junta las manos con las puntas de los dedos al nivel de la barbilla y golpea con fuerza las palmas entre sí, procura  no separar los dedos.

- Pronuncia 25 veces la letra “X” forzando la sonrisa, con este simple ejercicio tonificarás la envoltura cutánea del busto.

- Tumbada boca arriba con las rodillas flexionadas sobre el vientre y los pies cruzados, toma una pesa de un kilo en cada mano, eleva los brazos en ángulo recto y déjalos caer poco a poco hasta dejarlos en forma de cruz. 

- Sentada en una silla con la espalda recta, levanta el brazo derecho y elévalo lo más que puedas, mientras el izquierdo se quedará caído a lo largo del cuerpo para que actúe a modo de contrapeso
Repite este ejercicio alternando ambos brazos

- De pie, frente a una pared, toma distancia y apoya la palma de las manos. A continuación, flexiona los codos hasta que toques la pared con el pecho. Debes mantener las piernas inmóviles y evitar doblar las rodillas.

- También resulta muy eficaz trabajar con las gomas o bandas elásticas. Toma una de ellas, estírala sobre el suelo y, justo en la mitad, ponte de pie sobre ella, coge cada extremo con una de tus manos y, con los brazos flexionados, estira de ellos hasta llegar a la altura del pecho y a continuación afloja.

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